“Un sueño hecho realidad”, es el calificativo que resonó con fuerza entre las filas de la Orquesta Sinfónica Nacional de Chile el pasado martes 29 de abril. Se trató de un día histórico y emotivo para este elenco, que por primera vez ingresó a lo que será su nuevo hogar, la Gran Sala Sinfónica Nacional, inserta en el complejo VM20. Tras esa primera jornada, el miércoles 30 se sumó el Coro Sinfónico, mientras el viernes 2 de mayo fue el turno de la Camerata Vocal Universidad de Chile.
El moderno edificio albergará al Centro de Extensión Artística y Cultural (CEAC) y los conjuntos que administra -los de mayor trayectoria del país-, además de la Facultad de Gobierno, el Instituto de Estudios Internacionales, el Instituto de Estudios Avanzados en Educación, la Dirección de Relaciones Internacionales y el Departamento de Postgrado y Postítulo.
"Este es un momento muy importante para la Orquesta Sinfónica Nacional de Chile, para todos los elencos que alberga el CEAC y para la Universidad de Chile en su conjunto: es el primer encuentro de la Orquesta con su sala, que va a ser su casa. Es muy emocionante ser parte de este tiempo en que hay tanta alegría y satisfacción por el sueño cumplido. En esta sala está el esfuerzo de toda la comunidad de la Universidad de Chile. Para levantarla se han invertido no solo muchos recursos, sino también trabajo y talento. Es una sala que le pertenece a la Universidad y, a la vez, será una sala para el país. La Universidad la regala, la entrega, y con eso honra su misión", dijo la Rectora Rosa Devés.
En tanto, la directora del CEAC, Dominique Thomann, destacó que se trata de un acontecimiento que trasciende a nivel nacional. “Tiene que ver con la música en Chile y cómo esto impacta también en todo el medio, cómo las y los músicos en el país se merecen y tendrán un espacio que permita mostrar lo mejor del arte de la música sinfónica. Nosotros pensamos que este es un antes y un después respecto a la industria musical, que va a tener un espacio idóneo, adecuado, pensado desde el inicio para este tipo de representación escénica”.
El proyecto VM20 inició su tramitación en 2009 y desde entonces tuvo diferentes cambios, así como también debió superar numerosas dificultades. En efecto, su concepción original no contemplaba al CEAC y sus elencos, los que fueron incorporados hacia 2012. Tras ser aprobada la propuesta en 2014 por el Consejo y el Senado Universitario, las obras a cargo de los arquitectos Marcial Diéguez y Jorge Iglesis comenzaron en 2015. Así, luego de diez años de trabajos -sorteando situaciones como el estallido social y la pandemia- el proyecto es hoy una realidad. Con más de mil butacas y una acústica natural en formato 360°, la sala representa una obra única en Chile.
Al respecto, el vicerrector de Asuntos Económicos y Gestión Institucional, Sergio Olavarrieta, indicó que “independientemente de las dificultades que tuvo, es un proyecto constructivo complejo”, y que además de los factores externos hubo cambios significativos en el diseño del proyecto. En ese contexto, agregó que “lo veo como un éxito para la Universidad (...) Demuestra que con esfuerzo y con dedicación puede lograr proyectos importantes, que sirven no solo para la universidad, sino que también para el país”.
Gustavo Basso, ingeniero en telecomunicaciones y violinista, es el profesional a cargo de la acústica del lugar. Explica que “una sala se diseña con matemática, modelos digitales, todas esas cosas, pero la verdad es cuando una orquesta toca realmente en el escenario. Hasta ese momento es teoría. Hoy fue algo concreto, algo práctico. Probamos varias configuraciones de los reflectores que están arriba del escenario, también varias formaciones de orquesta, y nos vamos muy contentos con el resultado”.
El especialista, quien ya estuvo a la cabeza de un proceso similar en la denominada “Ballena azul” de Buenos Aires, añade que la sala actúa como un gran instrumento que también debe afinarse. “Hoy trazamos las líneas gruesas, pero las líneas finas son el trabajo cotidiano, el balance entre secciones instrumentales, que cada músico aprenda a tocar aquí, que no es lo mismo a lo que estaba acostumbrado, y creo que tiene una potencialidad inmensa. La idea es llegar a la inauguración con todo ajustado, con los músicos disfrutando su concierto aquí, y lograr un estreno donde todo el mundo se vaya contento. Ese es el objetivo”.
Por su parte, el concertino de la Orquesta Sinfónica Nacional de Chile, Alberto Dourthé, destacó las características del espacio, a la vez que agradeció a todas y todos los involucrados. “La emoción que uno va a poder darle a la música es algo con lo que me siento muy contento, como quizás no puedo expresarlo, porque es un sueño hecho realidad. Agradezco a todo el mundo que colaboró para que esto saliera adelante, a la gente especializada, a quienes construyeron, los técnicos, arquitectos, ingenieros, a nosotros mismos, que tanto luchamos junto a la Universidad. Agradecer especialmente a la Rectora, a la directora del CEAC, a todos los directores que han pasado y han estado luchando por este sueño”.
Juan Pablo Villarroel, director artístico del Coro Sinfónico y la Camerata Vocal, igualmente valoró la acústica del lugar. “Es lejos el mejor regalo que la Universidad nos puede hacer. Aparte de lo hermosa, es una sala acústicamente maravillosa. Se escucha cada detalle, cada articulación, no como algo aislado, sino que dentro del todo, y eso es lo hermoso”.
La afinación de la nueva sala se extenderá por varias semanas hasta alcanzar la sonoridad deseada para la esperada inauguración, que se vislumbra para mediados de este año. Este proceso representa no solo un avance técnico y artístico, sino que también un legado invaluable para las futuras generaciones y una nueva era para la música sinfónica en el país.
